Casa Bardin: un palacio de juguete
El secreto mejor guardado de uno de los edificios más prestigiosos de la ciudad pasó durante ochenta años de mano en mano por todos los niños de una familia alicantina. Así, en una habitación de juegos, rodeada de puzles, tebeos y meriendas, perduró intacta una casa de muñecas hecha a escala de la casa Bardin que databa de los años veinte. Aquel juguete sería la solución que permitiría dormir tranquilo en noviembre de 2004 al arquitecto provincial encargado de rehabilitar un edificio deteriorado que había comprado la Diputación y del que no se tenían sus planos originales.
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